La sala de tortura que poseo
es para las eróticas lecciones
que a las señoras doy de perversiones;
sus sentencias de muerte aquí les leo.
Traigo aquí a la elegante o sucia reo;
a ésta, botas, zamarra y pantalones
quito y le pongo medias y tacones,
vestido ceñidísimo y la aseo.
Hay de todo en mi cuarto de tortura:
silla eléctrica, potro, poste, esposas,
cadenas, cepos, látigo, patíbulo,
aspas de pies y manos, cruz … y un cura
para la confesión de las hermosas
que esperan el martirio en el vestíbulo.
es para las eróticas lecciones
que a las señoras doy de perversiones;
sus sentencias de muerte aquí les leo.
Traigo aquí a la elegante o sucia reo;
a ésta, botas, zamarra y pantalones
quito y le pongo medias y tacones,
vestido ceñidísimo y la aseo.
Hay de todo en mi cuarto de tortura:
silla eléctrica, potro, poste, esposas,
cadenas, cepos, látigo, patíbulo,
aspas de pies y manos, cruz … y un cura
para la confesión de las hermosas
que esperan el martirio en el vestíbulo.
Poemas del amor cruel
José Alcalá Zamora
No hay comentarios:
Publicar un comentario