martes, 2 de febrero de 2010

Más allá de la vida, el verbo?











Y tú, ¿Qué harás tú, alma, para ser
en esta vida digna de tu muerto?

¿Sabrás purificarte de toda mancha,
liberarte de toda bajeza
y vivir ardientemente pura y comportarte
con ardiente humildad?

¿Sabrás seguir a tu muerto
en el camino del sueño y de la acción,
atestiguarle con la fe de una palabra
y de una manera santificada,
convertirlo en medula para tus huesos y los de otro,
roja sangre para la sangre de los otros y para la tuya?

Apóyate en su sombra, porque ella es
más sólida que las columnas;
recibe en ti su espíritu, como la tierra
recibe la semilla en la fecunda ansiedad de las cosechas,
hasta las supremas nupcias que os aguardan en la
hora de Dios,
en el templo azul de las siete estrellas.




Ascensión





*Fotografía: thorin.foto

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