viernes, 30 de abril de 2010

Calendar IV











*Fotografía: Robert Chouraqui



El país de las sombras












En un día cualquiera, en un lugar sin más importancia.
“Todo el mundo rogaba para conseguir el dinero necesario para realizar sus sueños…
Fue el mejor trabajo de mi vida: todo era histeria, mujeres inseguras que vuelven a sus hogares por haber pagado su felicidad con el fin de su estabilidad emocional, y esas, éramos las afortunadas. Y siempre pensábamos en una cosa: volver a casa.”
“Si mi madre hubiera podido ver lo que había allí, seguramente me perdonaría por no haberle escrito más a menudo. Sin embargo admiraba a esas mujeres, que parecían poseer ese don en el que los médicos no creen: nos cabía duda de que nos habíamos equivocado en todo, pero todo nos iba saliendo bien.
A un cierto punto piensas: ¿Qué más da si hasta el Gobierno del país se prostituye?
La Señora me dio un consejo, así como el ratón al gato: ¡Adáptate a las circunstancias!
No obstante seguí siendo capaz de escribir versos, y eso fue lo que me salvó.
Y las que vivían allí solo se preocupaban de cómo sobrevivirían al frío del invierno en las literas llenas de polvo. Y había una estufa para 20 mujeres, que deseaban ver sus hijas como nada más en el mundo.
Algunas iban a enfermar, las que no estaban enfermas ya. Se susurraban nombres de antibióticos, para no crear escándalo: la bronquitis crónica no es buena publicidad, el hambre menos.








A veces, me sentía indigna de tener una cama decente, café y un paquete de cigarrillos.
Me decía a mi misma que una mujer desesperada vestida solo con ligueros, que busca algo para calentarse es patética, por esta razón, nunca hablé cuando me robaron. Estaba escrito que el hermano traicionaría al hermano, y aunque se hubiesen olvidado de incluir a las hermanas, o quizás por eso, había robos a diario.
Estábamos en Enero del 2000 y se solía decir que España iba bien
“Las hermanas estaban celosas de mi paquete de tabaco, de mi cama, de mi café. La Señora también me miraba de reojo y yo, vivía allí con la soga al cuello, aunque ella nunca me dijo nada de los rumores acerca de mí. Así evitaba ver a las literas, realmente confortables, los turnos de la limpieza y las dificultades en obtener un desinfectante que no fuera lejía barata; cuando dejé de ser una lameculos para soñar con ser una mujer libre, fuera de aquel rebaño.
El rebaño no dormía, ni de día ni de noche, mientras sonaba el altavoz, mientras se oían ruido de tacones y gritos y lamentos, llantos y risas compulsivas y cocaína a tutti pleni.
No había ventanas y a duras penas reconocían el día de la noche, si es que les importaba ya, esperando a ese hombre que nunca llegaba, el hombre que les tendería una mano y lloraría sobre sus niños muertos.
Pero por allí, solo pasaban grandes hombres: nadie sabía nunca de donde venían, nadie sabía nunca donde iban después…
Para las decepcionadas de todos los días, siempre quedaban unas palabras “anda no te preocupes, procura dormir” y, dicho sea, el sueño lo cura todo.
Si, esos eran los caballeros de los anuncios, esos eran los que esperábamos y yo supe desde el primer momento que de grandes no tenían nada, de no ser las cuentas corrientes que procuré vaciar, con aplicación y una buena dosis de sentido del humor.”








-Memorias de un burdel- Fragmento del libro

de Sara Ballini







*Fotografías: Carpediem Studio y Robert Chouraqui





jueves, 29 de abril de 2010

Laudo XXIV







Jean-Paul Four




Se puede resistir a todo, menos a la tentación.



Oscar Wilde





miércoles, 28 de abril de 2010

oriolano IV









Robert Mapplethorpe
self portrait





¿Cuándo aceptarás, yegua,

el rigor de la rienda?

¿Cuándo, pájaro pinto,

a picotazo limpio

romperás tiranías

de jaulas y de ligas,

que te hacen imposibles

los vuelos más insignes

y el árbol más oculto

para el amor más puro?



¿Cuándo serás, cometa,

para función de estrella,

libre por fin del hilo

cruel de otro albedrío?


¿Cuándo dejarás árbol

de sostener, buey manso,

el yugo que te imponen

climas, raíces, hombres,

para crecer atento

sólo al silbo del cielo?


¿Cuándo, pájaro, yegua,

cuándo, cuándo, cometa;

di, cuándo, cuándo, árbol?


Cuando mi cuerpo, vague

asunto ya del aire.






El Silbo de las ligaduras




Miguel Hernández




humor IX

































Parafilias, pequeño catálogo ilustrado
Alberto Montt
Ediciones B




martes, 27 de abril de 2010

sex doll VII














*Fotografía: John Tisbury



French Kiss





















*Fotografías: Tania Giovannoni





lunes, 26 de abril de 2010

Miradas XXII












"Es perfectamente concebible que el esplendor de la vida se halle siempre junto a cada ser, a punto y siempre en su plenitud, pero que aparezca velado, sumido en las profundidades, invisible, lejano. Sin embargo ahí está, ni hostil, ni malévolo, ni sordo; si se le invoca con la palabra justa, por su nombre preciso, acude. En eso reside la esencia de la magia."



Franz Kafka, Diarios (1910-1923)






*Fotografía: MMk60
*Modelo: plunderbunny - Essex Machina -





masque IX















































Am I not







domingo, 25 de abril de 2010

Secretos confesados











Cerré la puerta sin hacer ruido y fui a acostar a los niños, dispuesta a lidiar con juguetes desordenados y ropas revueltas.

—Venga niños, mamá está cansada.
A qué quejarme, cuando no hay momento en el día más dulce que el ritual del cuento y el beso.

—Dulces sueños, mis dos tesoros; mamá vela por vosotros.
Entorné con cuidado y retorné escaleras abajo. Cuando entré, él padre Martín contemplaba las fotografías de los niños.

Buenos muchachos, estará orgullosa —sonrió con timidez e hizo una breve pausa—. ¿Vamos a ello?

Asentí en silencio y antes de arrodillarme ante él repetí la consigna de rigor.
—Suelo cobrar por adelantado, padre. Es la costumbre.




Mini relatos eróticos

Olivia Ardey




odalisca XXXIV











Odalisque with a Turkish Chair, 1927-28. Oil on canvas.
Henri Matisse







sábado, 24 de abril de 2010

paciente








































































esclava XXXIV










Harem Servant Girl, 1874
Paul Désiré Trouillebert (1831-1900)






viernes, 23 de abril de 2010

Vint-i-tres d'Abril III















La vie en Rose - Louis Amstrong





Lecturas






Jardin des supplices, Auguste Rodin. Aquarelle et crayon



A los Sacerdotes, los Soldados, los Jueces y los Hombres encargados de instruir y gobernar a los hombres dedico estas páginas de Muerte y sangre.









Jardin des supplices, Auguste Rodin. Aquarell auf papier





El Amor y la Muerte, las hermanas gemelas...







jueves, 22 de abril de 2010

smoke XII

















Vas a caer en la tentación






*Fotografías: jimmytan




Torture within

















































Tony Focus





miércoles, 21 de abril de 2010

Anticipation




















*Fotografías: Christina Bording


martes, 20 de abril de 2010

Marcas IV































*Fotografías: Don Sir