sábado, 2 de octubre de 2010

Salomé I












...

¡Ah!
He besado tu boca,
Jokanaán.
¡Ah!
He besado tu boca,
había un sabor amargo en tus labios.
¿Era el sabor de la sangre?
¡No!
Tal vez no era sino
el sabor del amor.
Dicen que el amor
tiene un sabor amargo.
Mas, ¿qué importa?, ¿qué importa?
He besado tu boca,
Jokanaán.
Yo he besado tu boca.




Salomé

Oscar Wilde








Salome de Frantisek Drtikol







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