En tu habitación
bdsm
*Fidicia. Otra de las instituciones de Licurgo fue la comida en público. Todos los hombres estaban obligados a pertenecer a una especie de sociedad gastronómica formada por 15 miembros, a la que aportaban en especie lo necesario cada mes: harina, vino, queso, higos y algo de dinero para carne. El plato imprescindible era su célebre “sopa negra” hecha de sangre, vino y vísceras de cerdo. Estos clubes tenían un nombre –fidicia– que significa ahorro, aunque la palabra también evocaba el concepto de amistad. Eran una vía para mantener la cohesión y la convivencia, así como una escuela para los más jóvenes. Además, servían de control para mantener a raya la gula, un vicio detestado en Esparta, y la obesidad, también mal vista. A pesar de la rigidez de sus leyes, Licurgo no debió ser un hombre severo. Fue él quien introdujo la estatua de La Risa, que presidía las fidicia.
Leónidas en las Termópilas de Jacques-Louis David
Oleo sobre tela, 1814 . 395 x 531 cm
En el lugar de la batalla, hoy día, se recuerda con una lapida que dice así: "Viajero, ve y dile a Esparta que los que aquí reposan cayeron en defensa de sus leyes".
Gracias.”
Armarios de cuero
Relatos de vida
Autores: Olga Viñuales y Fernando Sáez
Me gusta que me vistas con tus bragas
y me pongas tus medias y liguero
y tu sostén de encaje que prefiero,
Tú vestida lo mismo, y que hagas
sentir más yo, pues mi lascivia halagas
con tan sensual engaño verdadero:
de ti vestido es como más te quiero,
como más en lascivias me naufragas.
El equívoco yergue mi lujuria,
me provoca a delirio, a poseerte,
hembra-varón, con impetuosa furia.
Yo con tus prendas íntimas, tú mía,
ser hombre con tus galas de mujer,
me parece la cumbre de la hombría.
Poemas del Amor Cruel - José Alcalá-Zamora -
“Hay gente que está haciendo muy buenos trabajos con las fotografías generadas por ordenador. Yo soy un fotógrafo anticuado, no uso cámara digital, ni computadora, prefiero la película en blanco y negro o de color y las revelo de forma tradicional. No manipulo ninguna de mis imágenes, en todo caso lo hago antes de disparar la foto. Eso significa que una vez que he expuesto el filme tengo el negativo, que espero que sea un negativo perfecto, se lo entrego a mi impresor y trabajo muy estrechamente con él. No hay diferencia en el cuidado que pongo en una foto publicitaria o un paisaje. Todo lo hago con igual atención. Si me llamo a mí mismo fotógrafo y no artista es porque expongo un negativo, es impreso sin copias, no es retocado, y así queda. Es pura fotografía, tal como ha sido desde que se inventó”.
"Mi inspiración viene de lo que veo en el mundo, de la gente, los lugares, las noticias de los periódicos. Todo viene de lo que llamaría mi mundo, el mundo en el que vivo. Tomo notas en un cuaderno y muchas veces lo reproduzco exactamente, hago una puesta en escena rigurosa de lo que he apuntado en frases muy sucintas".
"Amo a las mujeres. Son totalmente superiores a los hombres. Siempre me ha fascinado la mujer como baluarte".
"Odio a las mujeres sentimentales, las fotos sentimentales. Yo congelo la relación entre hombre y mujer. Casi siempre se trata de deseos, jamás de sentimientos. El hombre casi siempre es un accesorio que la mayoría de las veces asume una posición servil. La mujer siempre es dominante en mis fotos".
“Una sesión de retrato es equivalente a un acto de seducción. He fotografiado políticos cuya filosofía detesto, pero cuando los estoy fotografiando hago que se enamoren de mí. Y, durante ese momento, yo me enamoro de ellos también. Si ambos percibiéramos nuestro odio, la foto jamás podría realizarse”.
Una de las grandes controversias que Newton generó con su obra fue con la serie Dummies, publicada en las revistas francesas Vogue y Oui, en donde maniquíes de escaparates son mostrados en poses sexualizadas. Las escenas relatan historias de sadomasoquismo y de sumisión, donde el fotógrafo parece permitirse todo. Helmut Newton aclaró: “no sólo con maniquíes, también hago lo que quiero con mis modelos, para mí son como piezas de ajedrez. Quería hacer una serie casi pornográfica, pero era 1977 y uno tenía que ser cuidadoso. Decidí utilizar maniquíes de escaparates, mostrándolos solos o en parejas, a veces con humanos. Las muñecas tenían ciertas características, así que decidí darles nombres: Georgette era mi favorita y la más sexy de mi colección. Una que verdaderamente odiaba por su estúpida expresión la llamé La Idiota“, recordaba.
"Me gusta fotografiar a los famosos y ,sobre todo, a los infames". Helmut Newton
Permanecer en las sombras, al hilo del
insomnio, hasta que la atención penetra en la noche.
En el tejido compacto de la noche.
En el uniforme, apaciguador e inmóvil tejido de la noche.
Y distinguir su trama, hebra a hebra.
Y vislumbrar la luz que, emboscada, se oculta.
Que, sin embargo, deja averiguar las pulsaciones
sofocadas del acecho.
Fragmento
Ana Rossetti