No lo quiero negar, me gusta atarte
y saber que te sabes indefensa;
son esas cuerdas que tu esfuerzo tensa
dulce guerra de amor, Venus y Marte.
Atarte, encadenarte, es todo un arte,
no se hace el amor, sino se piensa.
Verte atada es bastante recompensa:
atarte es más poseerte que follarte.
Da igual si vistes todo tu artificio
de mujer, con tus joyas y tus sedas,
o si en tus ropas íntimas te quedas.
Lo que me exalta, cuando te acaricio,
aunque sea ficción, es que no puedas
huir de mi prisión y tu suplicio.
y saber que te sabes indefensa;
son esas cuerdas que tu esfuerzo tensa
dulce guerra de amor, Venus y Marte.
Atarte, encadenarte, es todo un arte,
no se hace el amor, sino se piensa.
Verte atada es bastante recompensa:
atarte es más poseerte que follarte.
Da igual si vistes todo tu artificio
de mujer, con tus joyas y tus sedas,
o si en tus ropas íntimas te quedas.
Lo que me exalta, cuando te acaricio,
aunque sea ficción, es que no puedas
huir de mi prisión y tu suplicio.
"Poemas del amor cruel"
José Alcalá Zamora
*Fotografía: Martin R Class
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