miércoles, 25 de febrero de 2009

Lectoras XIV






Mi rol es enseñarte a amar el poder de lo Apacible.
El tuyo es doblarte entre mis manos hasta tocar el fondo, como un tallo de bambú, pero sin llegar a quebrarte.








¿Vergüenza? Destierra esa palabra de tu corazón siempre que hables con tu Maestro. Yo soy el país donde no existe la vergüenza. El país donde la desnudez y la sexualidad son naturales y no entrañan culpa. La vergüenza es una ofensa entre sumisa y Maestro.
Amo tu desvergüenza.
No lo olvides.
Tu nivel de inocencia deseosa aumenta y eso me hace feliz. La inocencia neutralizara tu vergüenza. Es bueno que halles el latido de la ciudad en el interior de tu vagina. Encontrar lo insólito donde sólo debe haber carne y sangre, es Sabiduría. Espero que pronto, cuando tus dedos busquen, me encuentres a mí.
Las vaginas son órganos fuertes.
Misteriosos. Resistentes.
¿Cómo son los labios de tu vagina?
En mi balcón hay un ficus de hojas brillantes. Lubricadas. Lo compre muy pequeño y ahora ha crecido tanto que la maceta ya no le basta. La maceta en la que creces también se hará inservible y no podrá contenerte. Tu Maestro, entonces, la romperá. Y el amor de tu Maestro será la tierra donde prosperarás. (Fragmento)




Título: Diosa de Juan Abreu
Colección: La Sonrisa Vertical
Número: 128
Ilustración de la cubierta: detalle de Mujer empolvándose el cuello, de Kitagawa Utamaro (1753-1806).








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