miércoles, 11 de febrero de 2009

Poemas del amor cruel
































Látigo mortal



Esposada, me llevan a azotar.
He sido condenada a que me den
cien azotes en público, si cien
azotes soy capaz de soportar.

Subo al tablado y, nada más llegar,
me quitan el vestido y el sostén.
Los zapatos de alto tacón también;
bragas y medias puedo conservar.

Atan mis manos juntas muy en alto,
mis talones no tocan en el suelo.
El látigo, una vez y otra, alza el vuelo.

Mi espalda de mi sangre está cubierta.
¡Y cien!, grita el verdugo, y hace alto.
Yo no puedo escucharlo. Estoy ya muerta.







Son mis argumentos, temas y vocabulario por fuerza limitados y los doy a luz como colección de variaciones sobre una trayectoria melódica común, con su entrega recíproca absoluta, y del orgasmo, éste bajo las figuras alegóricas de la muerte múltiple.

Consérvate con salud física y psíquica, cuida tu vertiente humorística y no quieras ver formas de barro sucio, sino el fuego de la entrega y posesión totales, en los renglones medidos que te entrego.
Madrid , mayo del 2001
Fragmento del prólogo del autor, José Alcalá Zamora
-Poemas del amor cruel-





*Ilustraciones: John Willie




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