Te prohibiré algo: no vuelvas a hablar de inmundicia ni suciedad al referirte a tu persona.
Eres un ave inmaculada, una sacerdotisa que busca la pureza original en las cloacas de su naturaleza (una hazaña que muy pocos se atreven a acometer). Y esa pureza no se ve afectada porque te atrevas a comportarte y sentirte como una cerda, una perra o una puta. Todo lo contrario. Si no eres capaz de ser una cerda, una perra, una puta, si no eres capaz de ser extremadamente sucia, jamás podrás alcanzar la pureza.
Como un ave impoluta, como una sacerdotisa virginal, así te ve tu Maestro al mirar a su alrededor y constatar la inmundicia de la sociedad y la vida contemporánea.
Como un ave impoluta, como una sacerdotisa virginal, así te ve tu Maestro al mirar a su alrededor y constatar la inmundicia de la sociedad y la vida contemporánea.
"Diosa" de Juan Abreu
He ahí la gran contradicción aparente, el dilema de los paraísos de la entrega.
1 comentario:
mmmmm.....
;) para Sant Jordi cae.
Gracias
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