No. No nos baste amor que se limite
a la dulce palabra y la caricia:
la perversión de la crueldad ficticia
a eróticos delirios nos incite.
La tortura y la muerte nos excite
de una bella mujer, dócil novicia
a quien en el cadalso se ajusticia
con un suplicio que al orgasmo imite.
Alcen nuestro deseo a su más fuerte
pulsación, en el último minuto
de la cópula, imágenes de muerte.
Hagamos gozo del martirio y luto,
lo perverso y lo místico concierte
sexo capaz de amor tan absoluto.
José Alcalá-Zamora
*Dibujos: John Willie
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