"Café Müller" - Pina Bausch -
martes, 30 de junio de 2009
danza_teatro
"Café Müller" - Pina Bausch -
Lectoras XVIII (I)
“Tenemos que dar la impresión de que somos justos.”
[…]
no era por eso, sino porque, al verla gozar y orinar, estrangulada, volvía a ver a las ahorcadas de Jarkov que, al asfixiarse, se lo hacían todo encima de los transeúntes; había visto a aquella muchacha a la que habíamos ahorcado un día de invierno en el parque, detrás de la estatua de Shevshenko, una muchacha joven y sana y resplandeciente de vida; ¿había gozado acaso cuando la ahorcábamos y mientras se cagaba en las bragas, mientras se debatía y pataleaba, estrangulada?, ¿gozaba?, ¿y había siquiera gozado antes, era muy joven, había sabido lo que era aquello antes de que la ahorcásemos?, ¿con que derecho la habíamos ahorcado, cómo se podía ahorcar a aquella muchacha?, y sollozaba interminablemente, y me destrozaba su recuerdo, el recuerdo de mi Virgen de las Nieves; no eran remordimientos, no tenía remordimientos, no me sentía culpable, no pensaba que las cosas debieran o podrían haber sido de otra manera; era sólo que entendía lo que significaba ahorcar a una muchacha, la habíamos ahorcado igual que un carnicero degüella a un buey, sin pasión, porque había que hacerlo, porque había hecho una tontería y tenia que pagarla con la vida, tal era la regla del juego, de nuestro juego, pero la muchacha a la que habíamos ahorcado no era aun cerdo, ni un buey a los que se mata sin pensar porque queremos comernos la carne, era una joven que había sido una niña, una niña feliz quizá, y que estaba entrando en la vida, en una vida llena de asesinos a los que no había sabido eludir, una muchacha igual que mi hermana, como quien dice, la hermana de alguien quizá, de la misma forma que yo era hermano de alguien, y una crueldad así no tenia nombre, fuere cual fuere su necesidad objetiva se lo cargaba todo, si se podía hacer algo así, si podía ahorcarse a una muchacha así, entonces era que se podía hacer de todo, no había seguridad en nada, mi hermana podía un día mear tranquila en el retrete y, al día siguiente, soltar los orines mientras se asfixiaba en la punta de una cuerda, aquello no tenía sentido alguno, y por eso lloraba, ya no entendía nada de nada y quería estar solo para no entender ya nunca nada.”
Fragmento de "Las Benévolas", 2007
- Erinias -
Les Bienveillantes
de Jonathan Littell
Acrílico sobre tabla de Leo Vicent
domingo, 28 de junio de 2009
sábado, 27 de junio de 2009
viernes, 26 de junio de 2009
esclava XIX
"La perla del mercader", 1884
jueves, 25 de junio de 2009
entre dos vacíos
Si uno piensa en la nada que lo
precedió
no puede evitar un desasosiego
que nos va cortando tajadas de
vida
no es fácil concebir dónde
estarán los insomnios,
las lágrimas, los goces,
todo eso que estuvo en nuestras
manos
y que creímos era para siempre
al fin comprendimos que la
eternidad era una rendija entre
dos sombras
todo se va pero no siempre
vuelve
abracemos eso que tuvimos y
que acaso tenemos todavía
miro hacia atrás y poco veo miro
hacia delante y es la niebla
admito que estoy entre dos
vacíos
con prudencia marco bien las
huellas por donde regresaré
con mi nostalgia pondré
atención porque el paisaje es
mío
y yo quiero viajar con mi paisaje.
miércoles, 24 de junio de 2009
martes, 23 de junio de 2009
lunes, 22 de junio de 2009
rōnin
Un final es, también, un inicio
Una transformación es, también, un retorno
Un anhelo es, también, un olvido
Una entrega es, también, una afirmación.
Suerte con rehacer tus sueños perdidos y
Cuando me inunda la soledad y la tristeza
sueño despierta con el más allá
y se me hace un nudo la garganta.
Me doy cuenta que en realidad no hay luz
en un aposento al que no le pega el sol,
si no estás aquí, conmigo, junto a mí.
En las húmedas ventanas del alma
muestro a todo el mundo mi corazón
al que solamente tú tienes el acceso.
Pero por fin se acerca, dentro de mí,
la luz de esperanza que siempre
he estado aguardando en el camino.
Ha llegado el momento de partir,
de ir a conocer países que nunca
he visto y compartirlos contigo,
ya por fin se me hará conocerlos.
A tu lado me reuniré y partiremos
en navíos cruzando los anchos mares,
los cuales sé bien, ya no, no...
no representarán ningún obstáculo.
Es el momento de decir adiós.
Cuando más te echo de menos
pienso en ti a través del horizonte
y no queda más que inundar este vacío.
Aunque sé bien que en el fondo
estás aquí conmigo, acompañándome.
Tú mi luna, estás aquí a mi lado.
Mi sol, estás aquí presente...
conmigo, junto a mí, aquí amor.
Pero ya es tiempo de dejar todo atrás,
de recobrar los momentos perdidos
que no hemos compartido juntos
por fin pronto los reviviremos.
Contigo me marcharé lejos
surcando las grandes inmensidades
las cuales de seguro, ya...
ya dejarán de ser un gran carga.
Recobraremos el tiempo perdido.
Juntos empezaremos otra vez
a construir nuevos y grandes proyectos,
que sé muy bien que ya no, no..
no existen más hoy.
Pero junto a ti los levantaremos,
contigo emprenderé la marcha.
Ahí estaré contigo…
Traducción libre de Antonio Ayora - ideasnopalabras -, basado en el posible significado de la canción "Time To Say Goodbye"
Letra original en italiano escrita por Lucio Quarantotto
*Fotografías: Martina Dankova
domingo, 21 de junio de 2009
A de Amor
contemplaban, escépticos,
los brincos mal filmados de parejas lascivas;
sin ningún argumento.
He aquí, yo me decía, el rostro del amor,
el auténtico rostro.
Seductores, algunos; esos siempre seducen,
los otros sobrenadan.
El destino no existe ni la fidelidad,
mera atracción de cuerpos.
Sin apego ninguno, sin ninguna piedad,
juegan y se desgarran.
Seductores algunos, por ende, codiciados,
llegarán al orgasmo.
Hartos ya, tantos otros, no tienen ni siquiera
deseos que ocultar;
sólo una soledad que acentúa el impúdico
goce de las mujeres;
tan sólo una certeza: “Eso no es para mí”,
pequeño drama oscuro.
Morirán es seguro algo desencantados,
sin ilusiones líricas;
practicarán a fondo el arte de despreciarse,
de modo bien mecánico.
A quienes nunca fueron amados me dirijo,
a quienes no gustaron;
a los ausentes todos del sexo liberado,
del placer ordinario;
no temáis nada, amigos, mínima es vuestra pérdida:
no existe, no, el amor.
Es sólo un juego cruel cuyas víctimas sois;
juego de especialistas.