Pina Bausch no deja de fumar -enciende un cigarrillo tras otro mientras medita las palabras. El tono de su voz es muy bajo, apenas audible, y las frases le salen lentas, casi contadas. Este carácter reconcentrado y difícil contrasta con la expansiva agresividad de su producción artística o la imagen decadente y sofisticada que ofrecía en el personaje felliniano de E la nave va-.
-nota de prensa-
"La acción debe salir con toda sinceridad, dice; para ello hay que dejar que cada cual se exprese según sus motivaciones internas. Después viene una adecuación de aquel sentimiento a lo que se quiere hacer. Muchas veces no hay que retocar nada".
"Café Müller" - Pina Bausch -
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