La bella bailarina javanesa
se esmera en el perfume y maquillaje
y esconde prendas íntimas y traje:
reserva al pelotón una sorpresa.
La van a fusilar pero la presa
quiere tener un gesto de coraje
a la hora de partir para aquel viaje
del que ninguno sabe si regresa.
Sólo las medias y zapatos viste
y el abrigo de piel. La negra venda
rechaza y no permite que la aten.
Al dar la orden de ¡fuego!, se desviste
pechos y vientre, dice la leyenda,
mirando los fusiles que la abaten.
Mata-Hari
José Alcalá-Zamora
se esmera en el perfume y maquillaje
y esconde prendas íntimas y traje:
reserva al pelotón una sorpresa.
La van a fusilar pero la presa
quiere tener un gesto de coraje
a la hora de partir para aquel viaje
del que ninguno sabe si regresa.
Sólo las medias y zapatos viste
y el abrigo de piel. La negra venda
rechaza y no permite que la aten.
Al dar la orden de ¡fuego!, se desviste
pechos y vientre, dice la leyenda,
mirando los fusiles que la abaten.
Mata-Hari
José Alcalá-Zamora
*Fotografía: Aleksandr Zhadan
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