Labios como de vino o sangre o amapolas,
como de carne roja y torneada,
labios
para nombrar la forma del deseo.
(Y te siento pasar lo mismo que la brisa,
desordenar mis vísceras muy suave,
y quisiera decirte tantas cosas a un tiempo
que sólo una mirada alcanzaría.)
Mira bien con tus labios a los míos,
verás que no desprenden olor de amapolas,
que no guarda la sangre vida alguna en su cauce
ni el vino, saciará, jamás, nuestras gargantas.
Labios
de Javier Varela
*Fotografía: Man Ray
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