lunes, 19 de octubre de 2009

poemas prohibidos V







Tu cabeza, tus ademanes, tu aspecto
son bellos como un bello paisaje;
la risa hace malabares en tu cara
como el aire brisado en un cielo puro.

El triste caminante que rozas al pasar
se deslumbra ante la lozanía
que como viva luz se evade
de tus brazos y tus hombros.

El tumultuoso arco iris de color
con que adornas tus vestidos
evoca en el alma de los poetas
la imagen de un ballet de flores.





Esos travestidos vestidos son emblema
de tu espíritu tumultuoso;
¡ay, loca de quien loco estoy!
¡te odio como te amo!

A veces en algún bello parque
por donde arrastraba mi tedio,
llegue a sentir, como una ironía,
que el sol mi pecho desgarraba;

Y la primavera y el verdegay
humillaron tanto mi corazón,
que castigué en una flor
la insolencia de la Naturaleza.






Así quisiera yo, alguna noche,
cuando llegue la voluptuosidad,
ir a os tesoros que encierras,
igual que un cobarde, sin ruido.

Para castigar tu cuerpo de gozos
para herir tu seno perdonado,
y dejar en tu costado sorprendido
una herida muy larga y muy honda.

y, ¡oh, inquietante y ávida dulzura!
a través de esos labios nuevos,
bellos como fetiches deslumbrantes,
¡inocularte mi veneno, hermana mía!


A la mujer demasiado alegre

-Charles Baudelaire-


(segunda versión de este poema presentada en Estímulos)



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